
Competir es algo orgánico en la naturaleza. Las plantas crecen gracias a la competencia por la luz y el espacio. Los animales se desarrollan gracias a la competencia por el territorio y la comida. Los humanos también. Lo hacemos de forma consciente e inconsciente todo el tiempo. Es posible que aparezcan ciertos prejuicios con esta palabra, te animo a revisar. Cooperar y competir son igual de lícitos. La forma y el desde donde son la clave.
Consciente cuando quieres conseguir algo y tomas la ventaja que puedes con tus recursos. Es fácil verlo.
Pero, ¿Te has dado cuenta el origen de tus competiciones? Como casi todo, se encuentran en el CLAN FAMILIAR.
Has estado compitiendo desde que naciste para tener un lugar y ser aceptad@. Respondes aquí como en todo a los mandatos inconscientes ancestrales. La premisa instalada en tu familia de origen sobre donde se debe destacar te ha construido. Puedes ver que se valora en tu casa. ¿Ser buena persona, tener éxito, ser guap@, tener dinero, ser independiente, ser intelectual, ser distint@, ser abnegad@ o sacrificad@, tener problemas…?
Puedes verlo fácilmente en el «y yo más!». ¿Dónde se centra la atención en tu clan? ¿A qué se dedica más tiempo o dónde entráis con entusiasmo?
Dependiendo de donde esté el programa de competencia, la linea familiar tiene una tendencia u otra.
Por ej, una familia con tradición empresarial y de éxito en los negocios, en sus reuniones, será común hablar de sus empresas y ganancias. El «y yo más» de éxito es competido y loado por el clan. Eso hace que cada miembro inconscientemente atraiga y cree circunstancias para ello. Puede ser estupendo para tener un bienestar material en este caso, pero también, pues es mandato, genera una insatisfación o sensación de carga interna.
Si el mandato y por lo que se compite es la carencia, será lo mismo pero con «y yo más» problemas económicos, enfermedades, etc. Y el mismo desarrollo.
Y así con todo, «y yo más» buena persona, haciendo obras de caridad, perdonando todo, y quitándome para dar a los otros buscando la santidad, yo más inteligente estudiando y estudiando, yo más guap@ centrando mi energia y tiempo en cultivar el cuerpo, yo más problemas de pareja, yo más independiente, yo más creativ@, yo más distinto, yo más ecologista, yo más viajer@..
Y tal vez.. yo más rebelde.
Más rebelde en la vida, y más rebelde en el clan, pero como a la vez sigo y rechazo el mandato familiar nunca estoy en paz o armonía con el entorno.
Ahora que lo has visto, puedes aprovechar esa competencia inconsciente para prosperar en todos los sentidos, pero siendo consciente. Y sacúdete las competencias de carencia.
Después te animo a ver donde has trasladado esa competencia de la misma manera. ¿En qué compites en tu trabajo, con tu grupo de amig@s, en tus relaciones, con tus hij@s, con el mundo.
Donde compites sientes inconscientemente que no eres suficiente. Siempre habrá alguien que te gane.
Si no lo ves con claridad abrimos otra via.
¿Qué te da «coraje u ofende» que te piensen de ti?. O, ¿Dónde te aseguras que quede claro que eres de determinada manera?
Por ejemplo: Me remueve, no me gusta, o necesito aclarar: que piensen que no soy buena persona, que tengo segundas intenciones, que soy debil, que soy cabezota, que soy impulsiv@, que soy dependiente, que soy del montón, que soy avar@, que soy mentiros@, que soy simple… y así infinito.
Ahí estás compitiendo.
Donde crees que eres libre y exitos@ tal vez estés bien atrapad@ en la madeja.
Aprovecha lo que te hace avanzar y ponle armonía. Suelta la competencia que te limita ya!!!
Estas y muchas otras «cositas» las abordo en mis cursos y sesiones.
Feliz vida de cooperación contigo mism@, por tanto con el mundo!
Sedna